El miriorama fue un popular divertimento durante el siglo XIX. Las primeras referencias las encontramos en el año 1830 en la ciudad de Leipzig (Alemania), extendiéndose posteriormente por toda Europa a lo largo del siglo XIX.
Consiste en una colección de tarjetas ilustradas con fragmentos de una escena, normalmente un paisaje. Cada tarjeta se dibuja de tal manera que los trazos de la imagen en los costados coincidan con los de cualquier otra tarjeta, pudiéndose, por lo tanto, combinarse aleatoriamente todas entre sí. De esta manera es posible construir imágenes continuas disponiendo las tarjetas en hilera, una al lado de la otra, en cualquier orden.
El número de imágenes distintas que es posible construir con un miriorama está dado por el número n de permutaciones posibles para las tarjetas, en donde n es el número de tarjetas de las que está compuesto el miriorama.
Esta cantidad, el factorial de n, es astronómica incluso para valores de n relativamente pequeños y de ahí la procedencia de la palabra miriorama cuyo origen “miriada” significa un número muy grande e indeterminado de cosas, en este caso de paisajes diferentes. Se acompaña de una breve reseña histórica.